Aeropuerto Internacional de El Cairo. El Festival de Cine abrió este año sin mirar hacia afuera, sino hacia adentro, mostrando el vasto archivo de clásicos egipcios que se están restaurando. Durante la ceremonia, el público pudo disfrutar de imágenes vívidas del antes y el después de películas restauradas como «Un crimen en un barrio tranquilo» de Hossam El Din Mostafa y «Sunset and Sunrise» de Kamal Al-Sheikh, que provocaron reacciones audibles a medida que imágenes de décadas de antigüedad reaparecían con nueva claridad y textura. Para el presidente del CIFF, Hussein Fahmi, este momento marca un compromiso renovado no sólo para salvaguardar, sino también para revitalizar el patrimonio cinematográfico de Egipto.

El programa de restauración, llevado a cabo en asociación con Culture and Cinema Investment Holding Company afiliado al Ministerio de Cultura de Egipto, marca uno de los esfuerzos de archivo más ambiciosos en la historia regional. Fahmi dijo que este impulso provino tanto de la responsabilidad cultural como del cambio radical en las tecnologías cinematográficas. «La tecnología ha cambiado, así que he tenido que evolucionar con ella. »

La edición de este año contó con 21 títulos recientemente restaurados, todos ahora con subtítulos en inglés para llegar a los espectadores internacionales. Pero la iniciativa no se limita a las proyecciones del festival. «No tiene sentido restaurar las películas y mostrarlas durante el festival y nadie más las ve», dijo Fahmi durante una mesa redonda con la prensa. Para garantizar el acceso a largo plazo, CIFF y el Holding están desarrollando una plataforma digital dedicada a los clásicos egipcios. “En esta plataforma se pueden ver todas estas películas”, compartió, señalando que los jóvenes cinéfilos a menudo no tienen un punto de entrada a la tradición cinematográfica anterior del país.

“Atardecer y amanecer” (Cortesía del Festival de Cine de El Cairo)

La iniciativa no es del todo nueva; CIFF ha comenzado a restaurar y presentar títulos patrimoniales en las últimas ediciones, ampliando gradualmente sus esfuerzos al programa a gran escala presentado este año.

Las imágenes de restauración mostradas durante la ceremonia de apertura despertaron entusiasmo entre los invitados al festival, destacando la sofisticación de la era de los estudios egipcios y la artesanía que, como dijo Fahmi, era «paralela al cine estadounidense y al cine europeo» de su época.

Aunque el primer lote restaurado marca un hito importante, la escala del trabajo por delante sigue siendo asombrosa. «Tenemos 1.300 películas que restaurar», admitió Fahmi. Sin embargo, ve el tamaño del archivo como una oportunidad a largo plazo. Una vez digitalizada y disponible, la colección podría constituir uno de los archivos de cine árabe más completos del mundo. “Si tenemos todas estas cifras, podemos tener una plataforma fantástica, con una amplia oferta de películas”, subrayó.

Fahmi situó el esfuerzo de restauración dentro de una reflexión más amplia sobre el papel cambiante de Egipto en la producción regional. En el pasado, el país producía alrededor de 60 películas al año y las exportaba a todo Oriente Medio y el norte de África. En los últimos años, los disturbios políticos, las pérdidas de mercado en los países vecinos y la pandemia han reducido la producción a una media de 16 películas al año.

Sin embargo, insiste en que el cine egipcio conserva una identidad profundamente reconocible. «Cuando ves una película egipcia, sabes que es cine egipcio», dijo. Su ritmo, sus temas y su base cultural, afirma, son los que le dan un atractivo internacional duradero: «Cuanto más internacional te vuelves, es porque derivas de tu propia sociedad, de tu propia cultura. »

Para Fahmi, el programa de restauración no se trata sólo de preservar, sino también de restaurar un tipo de cine emocional que, según él, está cada vez más ausente en el cine convencional. “La desventaja de lo que está pasando hoy es que cuando vemos películas, no somos parte de la película”, señaló el veterano actor. «Las películas que hicimos tenían mucho sentimiento y emoción. Te conectabas con los personajes».

Espera que la reintroducción del cine egipcio clásico, anclado en los personajes, la atmósfera y la cercanía emocional, anime a los jóvenes cineastas a reconectarse con una narración arraigada en la humanidad en lugar del puro espectáculo.

Ante la creciente competencia de los festivales regionales, Fahmi enfatizó la necesidad de que CIFF permanezca “joven de espíritu”, incluso cuando llega a su 46ª edición. Dice que revivir los archivos nacionales es una de las formas más efectivas de hacerlo, preservando la historia y al mismo tiempo dando a los nuevos cineastas una base sobre la cual construir.

“Un crimen en un barrio tranquilo” (Cortesía del Festival de Cine de El Cairo)

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