Sí, lees este título correctamente. Esta es una película en un agente de bienes raíces que establece una conexión con un fantasma que inquietaba una casa que intenta vender. ¿Pero lo más loco de esta premisa? ¡Cómo funciona! Es una mezcla encantadora de romance, misterio y elementos sobrenaturales, en el contexto de una historia reconfortante. Anna (Julie Gonzalo) es encantador y deliciosamente terco, mientras que el agente responsable de vender una casa histórica que resulta ser embrujada. El residente fantasma Ruby (Madeleine Arthur), un espíritu antiguo y encantador de la década de 1920, no tiene la intención de abandonar la querida casa. Mientras Anna se esfuerza por resolver los asuntos inacabados del fantasma de una época pasada, Ruby queda decidido a traer a Anna de regreso con su ex (Chris McNally). Cree una historia que afecte los temas del amor, el cierre y la importancia de dejar ir.
McNally y Gonzalo son una verdadera pareja, lo que podría ser la razón por la cual su química brilla tan claramente en esta película romántica y surrealista. Además del romance, la amistad entre Anna y Ruby es muy divertido de ver desarrollarse. El diálogo es atractivo, los escenarios son divertidos y siempre hay esta atmósfera característica cómoda a pesar del entorno sobrenatural. Es perfecto para los espectadores que buscan un escape cómodo en un mundo donde el romance y la historia son abiertamente transparentes.