Un Amor de Toda la Vida: La Historia de Santiago del Moro y María José Sánchez
La relación entre Santiago del Moro, reconocido conductor de radio y televisión, y María José Sánchez comenzó cuando ambos eran adolescentes en Tres Algarrobos, un pequeño pueblo en el noroeste de la provincia de Buenos Aires. Allí, a solo unas cuadras de distancia, María José vivía cerca de la casa de Santiago. A pesar de ser su segunda novia, ella se convirtió en el gran amor de su vida y en la madre de sus hijas: Catalina, Amanda y Santa. Hoy, tras treinta años juntos, su historia es un ejemplo de amor y compañerismo.
Santiago del Moro nació el 9 de febrero de 1978 en Tres Algarrobos, un rincón de la provincia de Buenos Aires que limita con La Pampa. Desde muy joven, Santiago tuvo una vida sencilla, pero llena de sueños. Su primer amor fue una chica que pasó el verano en el pueblo; sin embargo, al despedirse, ella dio por finalizada la relación. Aunque él no comprendía bien la situación, vivió un tiempo de tristeza. Poco después, Santiago se fijó en María José, su vecina, quien eventualmente sería la persona con la que compartiría toda su vida.
Un Vínculo Inquebrantable
Desde entonces, la relación de Santiago y María José se fortaleció, especialmente cuando Santiago se lanzó al mundo de los medios. «No podría ser nada sin ella», afirma siempre del Moro, conductor de «El Club del Moro» en La 100 y de «Gran Hermano». Para él, llegar a casa y estar con su familia es un escape de la vorágine de los medios y del mundo del espectáculo.
María José, por su parte, es una persona sencilla y discreta. No suele ver televisión ni le interesa mucho lo que se dice en los portales de noticias. Santiago menciona que ella no se preocupa por los comentarios ni por las críticas; su foco está en su hogar y en la crianza de sus hijas. “Para ella es más importante el boletín escolar de nuestras hijas que la noticia más destacada”, comenta el conductor, resaltando la gran diferencia de intereses que hay entre ambos, algo que los complementa.
La Rutina de Santiago del Moro
La vida de Santiago es intensa. Comienza sus mañanas bien temprano en la radio, donde lidera el programa «El Club del Moro». Luego, su día continúa con el compromiso de presentar el programa «Gran Hermano», donde cubre la actualidad de los participantes. Por ello, el momento de regresar a su hogar representa un respiro para él, un espacio donde la tranquilidad y el cariño de su familia le brindan paz.
Con María José, ha formado una familia de tres hijas. Catalina, la mayor; Amanda, y la pequeña Santa, quien nació el 25 de marzo. Sobre el nombre de Santa, Santiago compartió en sus redes sociales que inicialmente pensaban que tendrían un varón, al cual llamarían Santo o Santos. Sin embargo, al ser niña, decidieron llamarla Santa, y sus hermanas estuvieron de acuerdo con esa elección.
Un Camino Profesional Lleno de Experiencias
Al terminar la escuela secundaria, Santiago decidió mudarse a Buenos Aires para estudiar Comercio Exterior, con la idea de que esta carrera le permitiría viajar por el mundo. Durante unas vacaciones en su pueblo natal, intentó revivir un boliche que había pertenecido a su tío, pero, aunque la iniciativa fue prometedora, la aventura no duró mucho y el lugar terminó cerrando.
A pesar de las vueltas de la vida y de los desafíos que presenta la carrera en los medios, Santiago y María José han logrado construir una relación sólida y estable, basada en el respeto mutuo y en el amor que comparten por su familia. Su historia es una prueba de que, a veces, el verdadero amor está más cerca de lo que uno imagina y puede durar toda una vida.
La nueva vida de Martín Barrantes: del escándalo mediático a la biotecnología genética
Martín Barrantes, conocido por haber sido el primer esposo de la modelo argentina Pampita Ardohain, hoy vive una vida completamente alejada de los reflectores. Tras una mediática separación que acaparó titulares en 2004, Barrantes ha construido un nuevo camino en el mundo de la tecnología genética animal, mientras forma una nueva familia junto a una joven influencer.
Un matrimonio lleno de promesas que terminó en escándalo
El romance entre Martín Barrantes y Pampita comenzó en 2001, cuando fueron presentados por el modelo y amigo en común Iván de Pineda. Su relación floreció rápidamente, y en noviembre de 2002 decidieron formalizar su unión en una boda digna de la realeza, con más de 270 invitados en la localidad de Tres Lomas, Argentina. Pampita, con tan solo 24 años, lució radiante en un vestido de Benito Fernández, y todo parecía augurar una historia de amor de cuento de hadas.
Sin embargo, la relación se desmoronó rápidamente. Solo un año después, en 2004, Pampita comenzó a ser vista con el actor chileno Benjamín Vicuña, lo que encendió rumores de infidelidad. En 2006, ya habían nacido los primeros hijos de la pareja: Blanca, Bautista, Beltrán y Benicio, marcando una nueva etapa en la vida de la modelo.
La batalla legal: acusaciones de adulterio
Tras la separación, Barrantes presentó una demanda por adulterio contra Pampita, alegando que la modelo había comenzado su relación con Vicuña antes de finalizar legalmente el matrimonio. Aunque la demanda prosperó y fue ganada por Barrantes, el caso desató una polémica sobre las estrictas leyes de la época.
Pampita, por su parte, reconoció en una entrevista posterior que desconocía las leyes que prohibían el embarazo mientras aún no se había concretado legalmente el divorcio. “Yo no sabía que tenía que estar legalmente divorciada para quedar embarazada. Ya estaba separada y vivía con Benjamín en otro país. No conocía la ley, ni pensé que él usaría esa ley en mi contra”, confesó la modelo.
La abogada de Pampita, Ana Rosenfeld, calificó el caso como uno de los más difíciles de su carrera, debido a las normativas de la época. Según Rosenfeld, la ley exigía mantener la fidelidad hasta que el divorcio fuera oficial. “Era una ley muy machista, y nos tocó un tribunal que aplicaba esa visión”, afirmó. Finalmente, el juicio pudo resolverse sin que Pampita tuviera que pagar ninguna indemnización.
La nueva vida de Martín Barrantes en el mundo de la genética
Tras el intenso episodio mediático que lo envolvió, Martín Barrantes optó por alejarse de la vida pública. Se mudó a la localidad de Lobos, en Argentina, y encontró un nuevo rumbo en el ámbito de la biotecnología animal. Actualmente, Barrantes es gerente comercial de la empresa Kheiron Biotech, ubicada en el Parque Austral de Pilar. La compañía se especializa en la tecnología de clonación de caballos de polo de alto rendimiento, una actividad que le permite seguir vinculado a su gran pasión por los caballos.
Kheiron Biotech se dedica a la investigación genética animal, con el objetivo de clonar caballos de raza pura para mejorar su rendimiento en competiciones de polo. Entre los ejemplares que la empresa ha clonado se encuentran caballos de renombre como Lode, Ethel, Virolita, y Toro, conocidos en el mundo del polo por su excelente desempeño.
Con su trabajo en Kheiron Biotech, Barrantes ha encontrado una nueva vocación que le permite mantenerse cercano al mundo ecuestre, mientras vive una vida más tranquila y alejada del bullicio de los medios
Uma, la hija de Amalia Granata, habla sobre su distanciamiento de su padre Cristián Fabbiani
La joven Uma, hija de la conocida presentadora de televisión Amalia Granata y del exfutbolista Cristián “el Ogro” Fabbiani, reveló en una reciente entrevista el motivo por el cual hace cuatro años no tiene contacto con su padre biológico. Además, compartió su cariño por Leonardo Squarzon, actual pareja de su madre, a quien considera como su verdadero padre.
Amalia Granata y Cristián Fabbiani mantuvieron una relación amorosa que duró dos años y de la cual nació Uma, la primera hija de ambos. Sin embargo, tras la ruptura, su separación fue escandalosa, con varias peleas públicas en la televisión, que dejaron a Uma en medio del conflicto. Hoy en día, la adolescente de 15 años ha optado por distanciarse de su padre y ha decidido llevar el apellido materno.
En una entrevista para Telefe Noticias, Uma habló abiertamente sobre la complicada relación que ha tenido con su padre biológico y cómo el tiempo y sus propias vivencias le han permitido entender la situación. La joven señaló que ya no es la niña de seis años que veía a sus padres pelearse en televisión sin comprender lo que ocurría. «Ahora realmente sé lo que pasa, ahora soy yo la que entiende», dijo con firmeza.
A pesar de no tener contacto directo con su padre, Uma mantiene una buena relación con la familia paterna. En la entrevista mencionó que sigue en contacto con sus tías y abuela, con quienes intercambia saludos en fechas importantes como cumpleaños. Además, expresó su cariño por sus primos y aseguró que no guarda resentimientos hacia su padre. “Si él vuelve con otra actitud, yo estaría dispuesta a retomar el vínculo”, confesó Uma.
Por otro lado, la joven destacó el rol de Leonardo Squarzon, actual pareja de su madre, en su vida. Uma expresó que ve a Leonardo como una figura paterna y le agradeció por los valores y hábitos que le ha inculcado a lo largo de los últimos ocho años. «Él en mi casa toma el rol de padre. Me educó durante todo este tiempo y siento que si él no estuviera, me habrían faltado hábitos y disciplinas que hoy en día tengo. Me enseñó muchas cosas», declaró la joven.
Con estas palabras, Uma dejó en claro que, a pesar de la compleja relación con su padre biológico, ha encontrado en Leonardo el apoyo y el cariño de un verdadero padre