Querida vanessa,
Mi esposo y yo tenemos poco más de 60 años y finalmente estamos libres de hipotecas después de 30 años de arduo trabajo. Nuestro hijo y su pareja tienen veintitantos años y están desesperados por comprar, pero el trato parece imposible.
Nos preguntaron si consideraríamos retirar nuestro préstamo hipotecario o solicitar un nuevo préstamo para poder usar el dinero como depósito.
Una parte de nosotros quiere ayudar; sabemos lo difícil que es la situación para los jóvenes hoy en día, pero también tememos poner en riesgo nuestra propia seguridad.
Acabamos de llegar al punto en el que podemos respirar y la idea de volver a endeudarnos nos incomoda.
Además, nos preocupa lo que sucedería en caso de ruptura. ¿Cómo podemos proteger la ayuda que brindamos?
Realmente agradeceríamos su opinión.
joanna y greg
Vanessa Stoykov, educadora sénior sobre dinero
Queridos Joanna y Greg,
Hace la pregunta con la que muchos padres luchan en silencio: cómo ayudar a sus hijos a comprar una casa sin poner en peligro su propio futuro financiero. Es generoso que quieras apoyarlos, pero tu preocupación es válida.
Antes de hacer cualquier cosa, es importante comprender cuál es realmente su zona de comodidad financiera. Incluso una pequeña hipoteca complementaria a los tipos actuales puede perjudicar su tranquilidad. Un buen primer paso es probar el impacto de diferentes montos de préstamos y tasas de interés. Puedes usar mi calculadora gratis para ver cómo serían los reembolsos. A veces, ver los números aclara la decisión.
Si decide ayudar, existen formas más seguras de hacerlo que simplemente entregar dinero.
Conviértete en garante y no en prestatario
Este suele ser el mejor compromiso para los padres que quieren ayudar sin tener que recurrir a sus ahorros. Como garante, usted utiliza una parte del valor líquido de su vivienda como garantía para el préstamo de su hijo. Esto puede ayudarles a pedir más préstamos o evitar pagar el seguro hipotecario de los prestamistas, pero usted no está solicitando un nuevo préstamo.
La clave es limitar su exposición. Pídale al banco que limite su garantía a un monto fijo (por ejemplo, 20 por ciento del valor de la propiedad) en lugar de todo el préstamo. Y asegúrese de comprender los riesgos: si su hijo incumple, usted es responsable de esa parte.
Si das dinero, protégelo.
Si su hijo y su pareja están comprando juntos, registre la propiedad como “inquilinos en común”, indicando a quién le pertenece qué porcentaje. También puedes especificar que el regalo vino de ti únicamente para tu hijo y no para la pareja en conjunto. Esto ayuda a protegerlo si la relación no dura.
Si es un préstamo, póngalo por escrito.
Aunque sea trivial, un acuerdo firmado entre todas las partes protege las intenciones de todos. No se trata de desconfianza, sino de claridad. El dinero tiende a nublar las relaciones cuando las cosas van mal.
En caso de duda, anime a su hijo y a su pareja a hablar con un agente hipotecario y un abogado antes de comprometerse. Es una pequeña inversión que puede evitar un estrés enorme en el futuro.
Ha trabajado duro por su libertad financiera y vale la pena protegerla. Ayudar a sus hijos a entrar en un hogar puede ser maravilloso, pero hágalo de una manera que lo mantenga seguro. A veces el mejor amor es el que dice sí, pero con límites.
Todos mis mejores deseos,
vanessa















