BEIRUT, Líbano – Líbano dijo el jueves que lanzó el desarme planificado de las facciones palestinas en los campos de refugiados, parte de un esfuerzo más amplio para establecer un monopolio estatal en las armas.

El desarme planeado comenzó el jueves con la transferencia de armas del campamento Burj al-Barajneh para Beirut al ejército libanés, dijo la oficina del primer ministro libanés.

Esta decisión tiene como objetivo marcar el comienzo de un esfuerzo más amplio de desarme, con entregas adicionales esperadas en las próximas semanas de Burj al-Barajneh y otros campamentos en todo el país, dijo la oficina en un comunicado.

Un funcionario de Fatah, una organización palestina transnacional, dijo a Reuters que las únicas armas dadas hasta ahora eran armas ilegales que habían ingresado al campamento hace 24 horas. Las imágenes de TV han demostrado que los vehículos del ejército que ingresan al campamento antes de una transferencia. Reuters no pudo verificar de forma independiente qué brazos se dieron.

Como parte de una tregua con Israel golpeada en noviembre y apoyada por los Estados Unidos, el Líbano se compromete a restringir las armas a seis fuerzas de seguridad estatales específicas, en un desafío para el grupo musulmán chiíta apoyado por Irán, Hezbolá.

El gabinete instruyó al Ejército para que desarrollara un plan para establecer un monopolio estatal en armas para fin de año.

La iniciativa de desarmar las facciones palestinas es parte de un acuerdo concluido en una cumbre del 21 de mayo entre el presidente libanés Joseph Aoun y el presidente palestino Mahmoud Abbas, quien afirmó la soberanía del Líbano y el principio de que solo el Estado debería llevar armas, dijo la declaración de la oficina del primer ministro.

Un campo de refugiados palestinos cerca de Trípoli, Líbano en 1955.Archivo de Bettmann / Getty Images Archivo

Dos días después, los funcionarios libaneses y palestinos estuvieron de acuerdo con un calendario y un mecanismo de desarme, según el comunicado de prensa.

Las facciones palestinas han estado operando durante mucho tiempo con relativa autonomía en muchos de los 12 campos de refugiados en el Líbano, que en gran medida quedan fuera de la jurisdicción del estado libanés. La última transferencia representa la oferta más seria durante años para luchar contra las armas celebradas dentro de los campamentos.

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