La economía estadounidense creció más de lo que esperaban los economistas en los últimos tres meses, registrando un crecimiento sólido a pesar de las preocupaciones sobre la lentitud en las contrataciones y los compradores con problemas de liquidez, según datos del gobierno federal publicados el martes.
La economía estadounidense creció a una tasa anualizada del 4,3% en el tercer trimestre según la estimación inicial del gobierno, lo que marca una aceleración con respecto al crecimiento del 3,8% registrado en el trimestre anterior.
Un aumento en el gasto de los consumidores ayudó a impulsar el aumento económico del producto interno bruto (PIB) durante los tres meses que terminaron en septiembre, dijo el Departamento de Comercio de Estados Unidos. El gasto del consumidor, que representa alrededor de dos tercios de la actividad económica estadounidense, es un indicador clave de las perspectivas económicas del país.
Las cifras del PIB se deben en parte a mayores exportaciones y menores importaciones, lo que podría ser el resultado de los aranceles impuestos a principios de este año por el presidente Donald Trump.
Una persona busca percheros de ropa en unos grandes almacenes Macy’s en Towson, Maryland, el 10 de diciembre de 2025.
Stephanie Scarbrough/AP
La fórmula del PIB del gobierno resta las importaciones en un intento de excluir la producción extranjera del cálculo del total de bienes y servicios.
El fuerte crecimiento económico en el tercer trimestre parece haber contrarrestado los temores sobre un mercado laboral estancado, lo que algunos observadores ven como una señal de advertencia para la economía en su conjunto.
La contratación se ha desacelerado drásticamente en los últimos meses. La tasa de desempleo aumentó del 4,4% en septiembre al 4,6% en noviembre. El desempleo sigue siendo bajo según estándares históricos, pero ha alcanzado su nivel más alto desde 2021.
Mientras tanto, la inflación se mantuvo casi un punto porcentual por encima de la tasa objetivo del 2% de la Reserva Federal.
Estas condiciones han puesto a la Reserva Federal en un aprieto, ya que el banco central debe equilibrar un doble mandato para mantener la inflación bajo control y maximizar el empleo. Para hacer frente a la presión sobre sus dos objetivos, la Reserva Federal tiene principalmente una herramienta: las tasas de interés.
A principios de este mes, la Reserva Federal recortó su tasa de interés de referencia en un cuarto de punto porcentual en un esfuerzo por impulsar la contratación. Este es el tercer recorte de tipos este año, lo que sitúa el tipo de referencia de la Reserva Federal entre el 3,5% y el 3,75%.
Las tasas de interés han caído significativamente desde el reciente pico alcanzado en 2023, pero los costos de endeudamiento siguen muy por encima de la tasa del 0% fijada al comienzo de la pandemia de COVID-19.















