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Wendy Williams ha tenido unos años difíciles.
Pero hoy recibió una buena noticia muy esperada: un destacado neurólogo de Manhattan determinó que la problemática personalidad televisiva no sufre demencia frontotemporal.
A Wendy le diagnosticaron una enfermedad neurológica en 2023 y desde entonces ha insistido en que fue diagnosticada erróneamente.

La noticia de su nuevo diagnóstico nos llega desde Página seis. Y las consecuencias son enormes.
Debido a su supuesta enfermedad, Williams fue internada en un centro de tratamiento en contra de su voluntad.
Los conocedores afirman que el controvertido presentador comenzó a “perder palabras” y a “actuar de manera errática” en 2022, lo que lo llevó a una serie de pruebas.
Fue puesta bajo tutela y finalmente hospitalizada.
Williams ha concedido numerosas entrevistas en las que se ha mostrado convincente e insistido en que no necesita atención médica las 24 horas.


Wendy recibió ayuda en su lucha por la libertad de su segundo exmarido, Kevin Hunter, quien presentó una demanda de 250 millones de dólares para poner fin a su tutela.
Hunter alegó que la tutela de Wendy bajo Sabrina Morrissey se había «convertido en un arma, no en un escudo» y en una herramienta de explotación financiera.
«(Williams) está siendo abusada, descuidada y defraudada bajo el cuidado de tutores designados por el tribunal», alegó Hunter.
«La tutela… no tiene ningún propósito terapéutico ni función protectora. Es un castigo, puro y simple», se lee en los documentos judiciales.


También afirmó que su ex estaba «confinada contra su voluntad en una de las instalaciones de vida asistida de Coterie con acceso restringido a su propio teléfono y contacto significativo con amigos y familiares».
Aún no está claro qué podría significar el nuevo diagnóstico de Wendy para su futuro.
Pero si bien es probable que enfrente muchos obstáculos legales, sin duda es un paso en la dirección correcta.
Probablemente no haga falta decirle que Wendy es una figura muy controvertida que se ha ganado muchos enemigos durante sus años en el centro de atención.
Pero nadie merece estar encerrado por un diagnóstico incorrecto, y ver a Williams buscar ayuda durante los últimos dos años ha sido realmente desgarrador.
Esperamos que este sea el comienzo de un nuevo y feliz capítulo en la vida de Wendy.















